He elegido el caso 2, de acoso de tipo activo porque creemos que es el tipo de acoso que suele pasar más desapercibido, ya que en algunos casos podemos confundir al acosado con el acosador.
Ambiente del grupo: 28 alumnos con un media de edad de 11 años, responden el test, el 54% son chicas. La mayoría de los alumnos que realizan el test se sienten bien en el grupo, la mayoría tiene muchos amigos y les resulta fácil estudiar por el ambiente tranquilo de la clase, aun así reconocen que existen algunos conflictos.
Destacan como alumnos prosociales el alumno 12 y la alumna 19.
Destacan como alumnos prosociales el alumno 12 y la alumna 19.
Se nos presenta el caso de una alumna, alumna 24, que presenta riesgo de acoso, según aseguran 20 testigos. Ella misma confirma que es víctima de acoso desde hace varios meses y que lo está pasando muy mal. La insultan, pegan, rechazan y aíslan.
Los testigos son conscientes de que lo está pasando mal, dicen que no se sabe defender (al contrario de lo que dice la propia alumna 24), que no es tímida, que es nerviosa, que le gusta discutir, que es diferente al resto de niños y niñas de la clase, que le gusta llamar la atención... Parece claro con estos datos que se trata de una víctima de tipo activo.
Se lleva muy bien con su compañero de mesa.
El sociograma indica que en general, los grupos se han formado atendiendo al sexo, niños con niños y niñas con niñas. Que la alumna 24 está aislada y rechazada (no ha elegido a ningún niño de su clase ni nadie la ha elegido a ella), además no sabemos qué compañeros son los que ella rechaza ni quiénes la rechazan a ella.
Antes de la intervención lo primero que tendremos en cuenta son las características de una víctima de tipo activo:
- Escaso control de impulsos.
- Baja competencia para interactuar socialmente con otros.
- Habitualmente acompañado de hiperactividad y/o dificultades relacionadas con el déficit de atención.
- Reclaman la atención del resto de compañeros ininterrumpidamente.
- Si reciben algún tipo de agresión, reaccionan también de un modo agresivo.
- Elevada necesidad de recibir atención.
- La investigación lo ha encontrado asociado a falta de afecto en el ámbito familiar.
- Muy rechazado en el grupo y a menudo también por el profesorado.
Intervención
Con la víctima, alumna 24:
Entrevista: Hablaremos con la alumna 24 con el fin de conocer los hechos (frecuencia, quiénes son los agresores) y poder actuar ante el problema. Le daremos todo nuestro apoyo y le diremos que no debe tolerar todo lo que ocurre y que puede contar con todo el profesorado. Preguntaremos por su afinidad con los prosociales y sus amigos más directos para así poder elegir alumnos-ayuda. Aconsejamos no estar sola con agresores, siempre con prosocial, que intente evitar situaciones de riesgo, como comunicarse en redes sociales o ir sola por lugares poco vigilados del centro.
Desarrollar un programa de control de la ira y los impulsos.
Dinámicas para identificar sentimientos y emociones en uno mismo y en los demás.
Programa de ayuda entre iguales.
Analizando el sociograma propondría de ayudantes al alumno 19 porque es un alumno con mucho liderazgo, y su compañero de mesa con el que se lleva muy bien.
Aprovecharíamos la distribución del aula para sentar a la alumna 24 cerca de su ayudante y de su compañero, separándola de posibles acosadores.
Con los agresores:
Entrevista: Se les comunicará la gravedad de lo que están haciendo y las consecuencias que puede tener para ellos, además del daño y sufrimiento que están causando a su compañera. La alumna comenta que algunos agresores son de otras clases, por lo que hablaremos con los tutores correspondientes para que éstos hablen con ellos y les comuniquen la gravedad de los hechos.
Tomaremos las medidas disciplinarias según estén determinadas en el Plan de Interveción que se ha elaborado previamente.
Desarrollar dinámicas para identificar sentimientos y emociones en uno mismo y en los demás.
Aplicación de las normas disciplinarias del Reglamento de Régimen Interior.
El tutor adoptará medidas para favorecer la integración del agresor o agresores en el grupo respetando los intereses y derechos de los demás.
Participación, si procede, en un proceso de mediación.
Programas de modificación de conducta, desarrollo personal, ejercicio de comportamientos prosociales, etc.
Además de lo anteriormente expuesto, tendremos una entrevista con el Equipo Directivo para que conozcan la situación y pedir que todos los profesores conozcan la situación, ya que en los recreos tendrán que estar pendientes de todo lo que ocurra con esta alumna. Además de informar del resultado del sociograma a los profesores que imparten clase en el grupo. Se informará de la situación de la alumna y de las medidas que se van a adoptar para mejorar la dinámica de la clase.
Entrevista con los alumnos-ayuda: Les explicaremos la situación, y les pediremos su ayuda, pidiéndoles que empaticen con su compañera. Les explicaremos cuáles son las situaciones en las que necesita su ayuda: en los cambios de clase, subidas y bajadas, en el recreo, en el comedor. Le pedimos que cuando alguien se meta con ella, estando ellos delante le pidan con educación y firmeza que dejen de hacerlo. Les pediremos su opinión y compromiso para poder llevarlo a cabo.
Solicitaremos la ayuda del EOEP a la hora de programar actividades que nos permitan desarrollar la empatía, el control de impulsos, habilidades sociales...
Nos entrevistaremos con la familia de la alumna 24 para que estén informados de las medidas que se han tomado y pedir su colaboración para así reforzar la autoestima de la niña y mejorar sus relaciones con el grupo.
Seguimiento:
- Repetir el sociograma a los tres meses para comprobar la evolución.
- Periódicamente se realizarán entrevistas con la alumna 24 y los agresores para comprobar como transcurren las acciones que hemos puesto en marcha.
- Es importante que estas entrevistas periódicas también incluyan a las familias para que confirmen que la situación de la alumna 24 ha mejorado.